La meditación en esta época ya no puede ser definida como una práctica exclusivamente religiosa o espiritual. Es una práctica que favorece la salud, porque además de relajarnos induce cambios a nivel cerebral que tienen un impacto grandísimo en la evolución de muchas enfermedades.
El cerebro humano tiene una enorme capacidad de renovarse y crear circuitos a cualquier edad mediante estímulos del entorno (neuroplasticidad), y la meditación nos permite cambiar el cerebro, el cuerpo, y el estado de nuestro ser; la neurociencia ha estudiado muchísimo los efectos de la meditación. Si te interesa este tema te recomiendo el libro “Deja de ser tu” del Dr. Joe Dispenza.
Meditar no solo es sentarse en silencio o recitar mantras, también es caminar, bailar, platicar con tus amigos, hacer música, pintar, tomar café, ver un atardecer, jugar con tus mascotas. La meditación es el arte de vivir el presente y en conexión con el aquí y ahora.
Yo empecé a leer sobre la meditación desde los 8 años por un libro de meditación transcendental que le agarré a mi papá, y porque miraba en televisión programas de yoga en el mar, pero para mí era algo muy difícil de hacer que a medida fueron pasando los años dejé de sentarme en silencio.
Fue hasta los 20 años que empecé una práctica de meditación zen (zazen) motivada por mi psicóloga en ese momento como parte de mi terapia. Había experimentado una situación de abuso, y violencia que me hizo entrar en un estado depresivo, y de total rechazo a mi cuerpo que derivo en una anorexia acompañada por alcoholismo. Te comparto esto porque la meditación como práctica me ayudo a conectarme nuevamente con mi cuerpo, conmigo misma, me ayudo a navegar esos cambios drásticos de vida al dejar de consumir alcohol, y fumar tabaco; aprendí a ver la vida desde otro espacio.
Aunque puede verse la meditación como el arte de vivir en el presente, requiere como cualquier hábito a ser incorporado, constancia, y disciplina, pero los beneficios son un regalo maravilloso.
En los últimos 5 años he orientado mi formación en nutrición hacia la perspectiva de la Psiconeuroinmunología(PNI, la llamada ciencia cuerpo-mente), campo científico interdisciplinar que se dedica al estudio e investigación de los mecanismos de interacción y comunicación entre el cerebro (mente/conducta) y los sistemas responsables del mantenimiento homeostático del organismo, los sistemas: nervioso (central y autónomo), inmunológico y neuroendocrino, así como sus implicaciones clínicas (Solomon, 1998) y cómo Terapeuta Holística, la meditación es algo muy importante y es de las herramientas centrales de cualquier sesión de terapia.
Cada vez hay más evidencia científica que respalda una visión de la salud integrativa, y más información sobre la meditación como herramienta para el bienestar integral.
La meditación, alimentación y respiración consciente no son una novedad, mucho menos una moda. Son prácticas milenarias, de las cuáles la ciencia ahora respalda su uso en diferentes situaciones cómo adicciones, trastornos en la alimentación, condiciones crónicas como cáncer, y enfermedades autoinmunes.
¿Cuáles son algunos de los beneficios de la meditación?
Mejora capacidad de atención y la memoria
Reduce los efectos del estrés a nivel celular, y hormonal.
Tiene un impacto positivo en el sistema inmunológico.
Mejora gestión de ansiedad, y depresión.
Disminuye la respuesta de supervivencia/huida.
Mejora la tolerancia al dolor físico.
Ayuda a la conectar con tu sabiduría interior.
Promueve la compasión y empatía hacia nosotros mismos y los demás.
Aumenta la percepción positiva de la vida.
Conocerte a ti mismo/a.
Si te interesa profundizar en el tema de la meditación te invito a que veas el último vídeo de mi canal de Youtube ⬇️⬇️
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Nos leemos pronto,
Carmen.
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